domingo, 29 de noviembre de 2009

Libros.

Luego de hablar con usted, intenté concentrarme en otra cosa. Quise sacármela de mi cabeza. Busqué de manera insistente algo para leer. Pensé que las letras podrían luchar contra su imagen y vencer. Sin embargo, mi biblioteca terminó parcialmente en el piso ya que ningún libro tuvo lo que se necesitaba para cumplir esa tarea.
Cuando me senté resignado a pensar qué hacer con ese desorden, me di cuenta que lo que estaba buscando en realidad no era un libro: La estaba buscando a usted.

El problema fue que no la encontré.